sábado, 31 de agosto de 2019

Bitácora: En busca de Osos Panda

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Día 203

¿Les gustan los Osos Panda? Yo los encuentro adorables. Y siempre he querido tener algunos viviendo cerquita mío. No digo que los quiero como mascotas, pues los prefiero viviendo libres, como lo hacen en la selva.

Se me ocurrió, entonces, que podía construirles un refugio para ellos, un lugar donde puedan vivir cómodamente y a dónde yo pueda ir a visitarlos diariamente.

Claro que lo primero es tener a los Osos...

Es por eso que me decidí a hacer otra excursión a la selva, esta vez por varios días, con el fin de encontrar a estos tiernuchos amiguitos.

Pero el primer ser vivo con el que me encontré no fue precisamente un osito, sino un loro que casi pasa desapercibido pues sus plumas eran tan verdes como las hojas que los árboles. Era muy lindo, pero creo que dejaré las aves para otra ocasión.


Me adentré en la espesa selva, admirada de la tupida y verde vegetación. Divisé un bambú, y recordando que a los Osos Panda les encanta, fui a cortar algunos tallos.


Después de mucho caminar, pude encontrar al fin un hermoso Oso Panda:



Le di a comer bambú y él feliz se sentó a devorar su comida.


Después encontré un Oso Panda de color café. Y también le di a comer.... son adorables cuando comen.




Y llevando el bambú en la mano, me percaté que los ositos me seguían, claro que a un paso excesivamente lento. Creo que hasta un caracol anda más rápido.



Incluso cuando cruzamos los ríos, los ositos no dejaron de seguirme.


Por eso tardé más que lo esperado en volver a casa, pero valió la pena.

Pero, no estando aún contenta del todo, al día siguiente regresé a la Selva en busca de otro Oso Panda. Esta vez fue más sencillo pues encontré uno muy cerquita.

Y ahora tengo a tres Osos Panda viviendo en el jardín de mi casa.



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viernes, 30 de agosto de 2019

Bitácora: Una hermosa pileta en la entrada

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Día 196

Al igual que en mi casa anterior, quise hacer una linda pileta en la entrada.


A los dos lados puse bloques de tierra en los que coloqué trampillas de abeto. En la base puse bloques de abeto y el centro lo rellené con adoquín. Y arriba, al medio, dejé caer dos columnas de agua. Pienso que quedó muy bonita.


Y el toque final fueron unos postes con un bloque de hormigón negro, en el que coloqué antorchas para alumbrar en la noche.


¿Les gusta cómo quedó?

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jueves, 29 de agosto de 2019

Bitácora: Un gran huerto

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Día 193

A mi parecer, siempre es deseable tener un buen huerto donde cultivar diferentes hortalizas. De esa manera se puede tener alimento sin tener que cazar ovejitas, chanchitos, vaquitas y conejitos. Son tan tiernos que, a menos que sea realmente necesario, intento no dañarlos. Y teniendo mi propio huerto, ya no tendré que pedirles comida a los aldeanos, que trabajan tanto por obtenerla.

Siempre quise tener un gran, gran huerto y el terreno entre mi casa y la aldea de los pescadores tiene un buen tamaño. El único problema, al principio, fue que había un pequeño cerrito en el lugar. Un pequeño cerrito en el que tardé más de una semana para hacer desaparecer.


Y eso que trabajé incluso de noche, con el riesgo que eso implica. Pero al menos no me encontré con ninguna criatura amenazante en ese tiempo.


Me puse tan contenta cuando todo quedó despejado...


Con el terreno listo, lo primero que hice fue colocar los límites de las cosechas, usando madera de jungla. Puse carteles con el nombre de la hortaliza a plantar. Después rellené con tierra e hice las canaletas de agua, para el regadío:



En las canaletas de agua, coloqué escaleras de madera de jungla:



Con una azadera preparé la tierra, y finalmente planté las semillas.



Planté de todo: trigo, zanahorias, remolacha, papas, calabazas y sandías.


También puse un sector para cultivar caña de azúcar.


Y aprendí a cultivar cacao. Simplemente hay que colocar las semillas en troncos de árboles de jungla. Y lo mejor de todo, aparte de que se ve hermoso, es que iluminan por la noche.


Lo que nadie me había dicho es que los árboles de jungla, además de cacao, “producían chanchitos”. Eso si que es raro.


Pero, qué se le va a hacer. Lo importante es que ahora podré tener todo tipo de verduras y hortalizas.



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miércoles, 28 de agosto de 2019

Bitácora: El tercer piso casi listo

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Día 176

Después de más de tres semanas de gran trabajo, al fin he terminado la obra gruesa del tercer piso.

La escalera al tercer piso, de madera de abedul, también tiene un hermoso ventanal en el descanso.





En el tercer piso, las paredes son de hormigón blanco y amarillo.
He colocado varios baúles en las paredes, para guardar mis cosas.





Y el techo está casi terminado. Así, al menos, nada se mojará cuando llueva.

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martes, 27 de agosto de 2019

Bitácora: Los cuatro dormitorios

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Día 152


Ya he terminado con los dormitorios que van en el segundo piso. He construido cada uno de un color diferente.

Uno rojo, que será el mío, con su puerta a la terraza:



Uno rosado, para Iskablue:



Uno verde para ReyTommy:



Y uno naranja para las visitas y amigos, el cual también tiene una puerta que da a una terraza.



Para las alfombras de los suelos utilicé lana de color. En las paredes puse hormigón de color. Y dejé con adoquín aquello que será tapado por algún mueble, para no malgastar materiales.

Me siento tan feliz de cómo está quedando mi casa.

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lunes, 26 de agosto de 2019

Bitácora: Obra gruesa del segundo piso

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Día 141

La obra gruesa del segundo piso ya está terminada.


El suelo es de losa de arenisca. Las paredes son de hormigón blanco. Las puertas están hechas de madera de abedul y sobre ellas he colocado cristal teñido de blanco.


Ahora solo me queda colocar los muebles y los adornos.

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sábado, 24 de agosto de 2019

Bitácora: Lana y tinte verdes

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Día 136

 Para terminar con los dormitorios, necesitaba lana y tinte verde. Pero para conseguir el tinte verde necesitaba cactus, y por el momento no he encontrado desierto por aquí cerquita.
 Pero el bueno del vendedor errante, ese que anda con un par de llamativas llamas, me ofreció un cactus a cambio de una esmeralda. Claro que no me hice de rogar y se lo compré con gusto.




 Planté el cactus en la arena y esperé unos días hasta que creció para así multiplicar la cantidad de plantas.
 El cactus, en el horno, se convierte en tinte verde. Si ese tinte lo convino con polvo de hueso, obtengo tinte verde claro.



Y con esos tintes ya pude teñir un par de ovejtias para conseguir la lana.




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