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Día 235
Venía llegando de mi último viaje y lo que más quería era comer un rico pastel. Me fui derechito a la cocina pero al querer abrir las puertas, vi un par de manos verdes asomándose....
¿Es que uno no se puede ausentar ni un par de días sin que esas molestas criaturas intenten invadir mi tranquilo hogar?
Negándome a tener una pelea en mi living-comedor, abrí las puertas con cuidado y luego corrí hacia la puerta principal para salir al patio.
Obviamente los hombrecitos verdes me siguieron, sin importarles la luz del día. Que mamertitos... tras unos segundos a pleno sol, se convirtieron en carne podrida.
Pkiblue
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