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Día 84
Me encontré con un ocelote que parecía muy, muy hambriento.No dudé en darle pescado y el minino estaba tan contento que le salían corazones por todas partes. Los aldeanos estaban fascinados.
Aunque los felinos se veían bastante inofensivos, los aldeanos no estaban de acuerdo en que anduvieran merodeando por todas partes. Apenas pueda, construiré un refugio para que esos hermosos ocelotes puedan vivir felices, pues desde que les di de comer, ya no quieren regresar a la Jungla.
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